LEY KARIN Y EL MARKETING DEL VIVIR BIEN
A propósito del convenio número 190 de la OIT, que busca eliminar la violencia y acoso en el mundo del trabajo, a partir de agosto comenzaremos a convivir con la ley Karin, que es la primera enmarcada en este convenio que regirá sobre las empresas de nuestro país. Sí, porque el cambio cultural que esta presenta, tanto en la sociedad, como también en las organizaciones como extensiones y representaciones de esta, abordará y fomentará las relaciones laborales libres de violencia, basadas en la dignidad y perspectiva de género.
Este cambio de paradigma de las relaciones laborales o transformación de la convivencia diaria en una organización representa para quienes desarrollamos estrategias de marketing y comunicación de ámbito interno para las empresas, un desafío que debe ser abordado desde tres focos de acción: el informativo, el preventivo y finalmente, uno cuyo alcance es transversal para los tres, que definiremos como el positivo. Pues, si este último matiz no es considerado en lo que desarrollaremos, traerá consigo la consecuencia de perder la oportunidad de que esta nueva ley (N°21.643) no sea abordada, interiorizada y promocionada por los motivos que propone: una forma de actuar de personas que respetan, sienten y empatizan con otras personas.
Esta mirada de “personas hacia personas”, se abordará desde el foco de acción informativo con el fin de dar a conocer las definiciones, alcances, procesos y las sanciones que esta nueva ley presenta. No obstante, también su relevancia consiste en que pueda a la vez brindar información relacionada sobre todos los beneficios que conlleva. Como, por ejemplo, un ambiente seguro y psicológicamente sano de trabajo, protocolos de prevención y apoyo.
En complemento a lo anterior, para todas y todos quienes reciban nuestra campaña (a elaborar), será relevante el estar bien informados de lo respectivo a esta nueva normativa y de los cambios sociales que impulsa, pero también de como la organización que la acoge y los acoge a ellos, los colaboradores, tiene en consideración su importancia, no solo desde la mirada legal de su implementación. Sino que más allá de todo, debido a los beneficios que posee y entrega a su recurso más valioso: las personas que conforman la organización.
Por otra parte, aunque sabemos que esta ley, así como cualquier otra conlleva en su incumplimiento a medidas sancionatorias, buscaremos mediante el segundo foco acción, el preventivo, obtener un sentimiento común que evoque al respeto por el otro y el de ser parte y aporte a un clima laboral positivo. En donde se valoren a las personas, la interacción y su entrega valórica y de equipo para crear las sinergias. Con ello, se logrará anticipar a los problemas que puedan atentar contra el espíritu y norma de esta ley, pero además permitirá impedir más allá del riesgo de quienes eventualmente se puedan ver afectados, ya sean víctimas como acosadores, a perjudicar al clima laboral como un todo. El liderazgo de quienes conduzcan la empresa y a los equipos que la conforman, será fundamental.
Finalmente, el foco de acción que hemos definido como “positivo”, será el halo emocional que impregnará el modo de comunicar y actuar para todo lo que se desarrolle dentro de la campaña de marketing. Su percepción influirá en el pensamiento crítico de los colaboradores. Velando por la aspiración individual y plural de ser cada vez mejores en el desarrollo de sus tareas laborales, de su relacionamiento con sus pares y jefaturas, de estos entre sí, y claro está, de promover el sentido de ser personas con alto nivel ético y moral, como también integrales cuyos valores y respeto mutuo sean los que impulsen sus acciones.
Si bien, esta ley lleva su nombre en homenaje a Karin Salgado, técnico de enfermería, quien fue víctima de acoso laboral reiterado en el recinto asistencial donde prestaba servicio, este último hecho y ahora sus alcances, nos recuerda que un entorno seguro, bien informado en su propósito, de procedimientos concretos, objetivos claros y de relacionamiento interno seguro es fundamental para la salud mental y física de quienes componen y lideran las empresas.
Este ecosistema debe ser positivo y con una mirada superior al mero aprovechamiento circunstancial de buscar o provocar una situación que pueda quedar enmarcada en el ámbito de esta ley. Por ello, genera tanta relevancia en pensar, actuar y comunicar para “personas hacia personas”.